jueves, 3 de enero de 2008

El Dakar sigue adelante pese a la alerta francesa


Ocurrió la pasada Nochebuena en la carretera de Aleg, a unos 250 kilómetros de la capital de Mauritania, Nouackchott. Tres hombres,armados con fusiles de asaltos semiautomáticos, mataron a tiros a cuatro turistas franceses de la misma familia. El padre fue gravemente herido y entre los fallecidos había dos niños. Después, les robaron todo lo que tenían. La policía mauritana sospecha que los asesinatos fueron obra de bandidos que sólo querían quedarse con sus pertenencias, pero tampoco descartan un ataque terrorista. Desde ese momento la organización del Dakar está en alerta roja y ayer, cuando todo parecía arreglado para el paso de la carrera por el país africano, la situación cambió y en el Centro Cultural do Belem, cerca de la desembocadura del Tajo en Lisboa, se veía a Ettiene Lavigne con la preocupación escrita en su rostro.
Exigirán garantías
Y es que el gobierno francés, por medio de su portavoz, Laurient Wauquiez, ha desaconsejado a los ciudadanos galos viajar a Mauritania, incluidos los pilotos, miembros de la organización y periodistas que tomarán parte en la prueba. Sin embargo, el Dakar, con ocho etapas en Mauritania, sigue adelante, y es que ésta siempre ha sido una prueba de valientes. La organización respondía con este comunicado a las inquietantes palabras del gobierno francés: "Los organizadores del Dakar toman nota de las declaraciones del Gobierno francés, que desaconseja a los ciudadanos franceses viajar a Mauritania con motivo del rally. Para estudiar la situación, nos pondremos en contacto con representantes del Gobierno francés y mauritano con el fin de conocer cuáles han sido las causas que han propiciado dicho comunicado, pese a las reiteradas garantías del gobierno mauritano".
Ciertamente un suceso como el que ocurrió el 24 de diciembre no es frecuente en Mauritania, uno de los países más pobres del mundo que lucha por tener una industria turística propia. Pero también hay que tener en cuenta que África no tiene mejor altavoz que el Dakar y eso es un imán para los grupos terroristas como el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, una de las células de Al Qaeda en la zona. Precisamente fue una amenaza de este grupo la causa de que en la anterior edición se acortaran las etapas y este año se haya suprimido el paso por Mali.
La organización del Dakar ha mantenido diversas reuniones con las autoridades mauritanas referentes a la seguridad de la carrera y en ellas los hombres del nuevo presidente, Sidi Uld Cheikj Abdellahi, elegido en marzo del pasado año, han ofrecido todo tipo de garantías. Y es que Mauritania no puede quedarse sin el paso del Dakar, ya que la inyección económica que supone la caravana del raid es unas de las más fuertes del año en esa nación. La situación política en aquel país está normalizada, más allá de los problemas con los traficantes de drogas del Sáhara, la participación de miembros del Frente Polisario en el norte en la durmiente guerra con Marruecos y la amenaza siempre presente del Al Qaeda. Lejos queda ya el golpe de estado del 3 de agosto de 2005, en el que se destituyó al anterior presidente mientras acudía a los funerales por el Rey Fahd de Arabia Saudí.
Así las cosas, los miembros de los principales equipos son conscientes del aviso del gobierno de Sarkozy, aunque serán informados con detalle en una reunión esta mañana. Todos en Lisboa piensan que estamos ante una advertencia en la que tratan de eximir responsabilidades. La amenaza es seria, aunque lo deseable es que no suceda nada y el Dakar que saldrá mañana de la capital portuguesa llegue a su meta sin problemas. O eso esperamos todos.

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