Cuando a finales de noviembre termine en Gales el Mundial de rallys que arrancará el próximo jueves con el Montecarlo, muy probablemente Sebastien Loeb habrá arrasado con todos los récords de la historia. Tan sólo le falta sumar un título más a los cuatro que lleva para superar a Tommi Makinen y Juha Kankkunen. Y todo indica que en 2008 se va a marcar un paseo militar, ya que, sin Marcus Gronholm, no parece que nadie le pueda hacer sombra. Ojalá sea también el año del primer triunfo de Dani Sordo, en el que la afición española tiene depositadas todas sus esperanzas.
Un factor va a marcar el nuevo certamen. La prohibición de usar neumáticos con sistema antipinchazos hará cambiar el estilo de conducción de los pilotos. Habrá que mimar las ruedas para no pinchar e incluso en asfalto todo será diferente, ya no podrán abusar de las cunetas en sus trazadas como hacían hasta ahora. Rallys como el Acrópolis griego o Turquía se pueden decidir a favor del que menos pinche y no del que más corra.
Y en las pruebas de tierra también habrá otro factor nuevo, ya que se recupera el orden de salida según la clasificación. Por tanto, en las pruebas que más se limpia el suelo con el paso de los coches, se volverán a vivir esas tácticas de jugar al ratón y al gato para no salir en la primera posición al día siguiente.
En cuanto a los equipos, la principal noticia será la llegada de una nueva marca, Suzuki, y el esperado debut del renovado Subaru Impreza, con el que la formación anglo-nipona espera volver al mejor nivel, aunque habrá que esperar a mediados de año para verlo en acción. La baja de Gronholm en Ford ha sido cubierta por otro finlandés, el joven Jari Matti Latvala, y para los dos Suzuki oficiales se han elegido a un veterano, Toni Gardemeister, y a un joven, Per Gunnar Andersson. El español Xevi Pons deja Subaru, equipo que ha contratado a Markko Martin para realizar los ensayos con el nuevo coche.
Éste es el panorama general ante la primera cita, aunque lo que muchos se temen es que nada ni nadie sea capaz de batir a un Loeb al que sólo Gronholm ponía en aprietos. La esperanza está en que el nuevo jefe de filas de Ford, Mikko Hirvonen, continúe con su progresión y no sólo le ponga las cosas difíciles al galo en determinadas pruebas de tierra. En asfalto Dani Sordo es el único que ha hecho tambalearse y sufrir a su compañero de equipo en alguna ocasión y debe intentarlo de nuevo este año.
Está claro que el cántabro está al mejor nivel en ese tipo de pruebas y, en cualquier momento, debería por fin lograr ese ansiado primer triunfo que tanto se necesita para que el deporte de los rallys retome el protagonismo que tuvo antaño en España. Ojalá que las órdenes de equipo no sean necesarias este año en Citroën.
Un factor va a marcar el nuevo certamen. La prohibición de usar neumáticos con sistema antipinchazos hará cambiar el estilo de conducción de los pilotos. Habrá que mimar las ruedas para no pinchar e incluso en asfalto todo será diferente, ya no podrán abusar de las cunetas en sus trazadas como hacían hasta ahora. Rallys como el Acrópolis griego o Turquía se pueden decidir a favor del que menos pinche y no del que más corra.
Y en las pruebas de tierra también habrá otro factor nuevo, ya que se recupera el orden de salida según la clasificación. Por tanto, en las pruebas que más se limpia el suelo con el paso de los coches, se volverán a vivir esas tácticas de jugar al ratón y al gato para no salir en la primera posición al día siguiente.
En cuanto a los equipos, la principal noticia será la llegada de una nueva marca, Suzuki, y el esperado debut del renovado Subaru Impreza, con el que la formación anglo-nipona espera volver al mejor nivel, aunque habrá que esperar a mediados de año para verlo en acción. La baja de Gronholm en Ford ha sido cubierta por otro finlandés, el joven Jari Matti Latvala, y para los dos Suzuki oficiales se han elegido a un veterano, Toni Gardemeister, y a un joven, Per Gunnar Andersson. El español Xevi Pons deja Subaru, equipo que ha contratado a Markko Martin para realizar los ensayos con el nuevo coche.
Éste es el panorama general ante la primera cita, aunque lo que muchos se temen es que nada ni nadie sea capaz de batir a un Loeb al que sólo Gronholm ponía en aprietos. La esperanza está en que el nuevo jefe de filas de Ford, Mikko Hirvonen, continúe con su progresión y no sólo le ponga las cosas difíciles al galo en determinadas pruebas de tierra. En asfalto Dani Sordo es el único que ha hecho tambalearse y sufrir a su compañero de equipo en alguna ocasión y debe intentarlo de nuevo este año.Está claro que el cántabro está al mejor nivel en ese tipo de pruebas y, en cualquier momento, debería por fin lograr ese ansiado primer triunfo que tanto se necesita para que el deporte de los rallys retome el protagonismo que tuvo antaño en España. Ojalá que las órdenes de equipo no sean necesarias este año en Citroën.
"Estoy impaciente por empezar el Rally de Montecarlo, aunque seguramente necesitaremos tiempo para adaptarnos a los nuevos neumáticos," comentó el cántabro, que finalizó quinto en el Mundial del año pasado, donde logró su compañero Sebastien Loeb el tetracampeonato.
Sordo, que está ansioso por debutar en esta nueva campaña, confirmó que se habían preparado a conciencia para este rally que dará comienzo el día 24 de enero y concluirá tres días más tarde. "Nos hemos preparado a fondo para esta prueba, pero no hay nada que pueda sustituir el estar allí", apuntó.
En cuanto al trazado en sí, el de Torrelavega comentó lo importante de no perder la concentración. "Las especiales de Montecarlo son fantásticas, pero necesitamos mantener la concentración de principio a fin si queremos lograr nuestro objetivo de terminar entre los tres primeros para lograr el máximo de puntos para Citroën", indicó Sordo.
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