Llegó el día 28 a Buenos Aires y despidió el año 2008 con diez kilómetros a la carrera
Según se acercan los días, a Carlos Sainz se le afinan los rasgos cual perro que olisquea su presa. El piloto madrileño de Volkswagen llegó a Buenos Aires, donde hoy se dará la salida simbólica de la prueba, el pasado día 28 de diciembre. Lo hizo después de trece horas de vuelo directo y ha puesto desde entonces especial hincapié en la aclimatación horaria y en terminar de apuntalar su preparación física: "El 31 de diciembre hice diez kilómetros de footing. Hemos estado analizando el recorrido de la prueba y será especialmente dura, sobre todo después del día de descanso".El tricampeón del mundo de rallys y raids tiene muy claro que a él no le pueden considerar favorito a la victoria: "Nosotros sólo somos aspirantes. Los Mitsubishi son los favoritos a la victoria, son los vigentes campeones y han desarrollado un coche completamente nuevo. Nosotros también somos un equipo oficial y es una buena oportunidad para ganar. Entre los candidatos también están los BMW, y Robby Gordon con su Hummer". Sainz ya conoce a la perfección el ambientazo que rodeaba al Rally de Argentina cuando era puntuable para el Mundial: "El ambiente con el motor en este país es espectacular. Los espectadores están particularmente locos con los rallys y este Dakar será un éxito en ese aspecto".Al madrileño siempre se le ha cuestionado su alto ritmo en carrera, superior al de sus rivales, con un gran número de etapas ganadas, pero con problemas mecánicos puntuales. Sobre la clave para ganar lo tiene claro: "Hay que funcionar a la perfección como equipo. Y personalmente creo que hay que ser extremadamente paciente durante el Dakar. Cada día debo ser consciente de que no hay que tomar demasiados riesgos. Siempre me digo a mí mismo: "Carlos, este rally tiene catorce duras etapas, mantén la calma. Hay que tener paciencia, paciencia, paciencia...".
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